jueves, 4 de septiembre de 2008

Una pregunta fundamental en la filosofía


Cuando uno piensa en filosofía, capaz le viene a la cabeza dos preguntas rápidas pero para nada sencillas: "¿de dónde venimos?" "¿hacia donde vamos?". Y en estas preguntas se entreve una cuestión muy fundamental, tan fundamental que es el fundamento de la vida humana, la naturaleza. Hablamos de naturaleza como lo constitutivo del hombre, lo que le hace ser hombre, sino dejaría de serlo. En el planteo de esta cuestión muchos filósofos han dado su opinión y han dedicado sus estudios. Esta pregunta es complicada, en la medida de la utilidad que se desprende de ella que es la de enmarcar al hombre. Es decir, darle un a dónde vamos, hacia donde venimos aparentemente limitado por una naturaleza que no podemos modificar. Empecemos planteándonos que las naturalezas no se pueden modificar, sino las cosas dejarían de ser tales. Y aunque este planteo suene a premisa primaria y evidente, también tiene su discusión. Pero al menos tengamos en claro que la naturaleza es un estado de abstracción del hombre en el cual la historia no influye, ya que la historia DEPENDE de la naturaleza. En ese complicado estado que no puede ser más que imaginario, se plantean situaciones que empiezan a derivar de esta abstracción. Lo complicado de esta odisea del naturalismo es despojarnos de todo ese enorme peso que es nuestra historia y nuestra experiencia. Ese hombre no es tampoco un bebe, es un hombre en general, seguramente en una edad de plenitud en un estado ideal de abstracción. Espero con esto disipar algunas dudas y que no se preste a tanta confusión el asunto, aunque es complicado y confuso el asunto por más bien que se los pueda desarrollar.

Muchos autores han considerado al estado de naturaleza como el estado de perfección El moralista romano Séneca decía que era la condición perfecta del género humano: “La edad de oro en la cual los hombres eran inocentes y felices y vivían sencillamente, sin lujos superfluos. Por lo demás no tenía necesidad de gobierno y de las leyes porque voluntariamente a los más sabios. Pero en un determinado momento, el progreso mismo de las artes llevó a la avidez y la corrupción contra los cuales se hizo necesaria la institución del estado”. Rousseau también decía: “Todo lo que sale de las manos del Creador es perfecto, todo se pervierte en las manos del hombre”. El inglés John Loke también consideraba al estado de naturaleza como un estado de perfección. Él decía: “No es otro que el de perfecta libertad para ordenar sus acciones, y disponer de sus persona y bienes como lo tuviere a bien, dentro de los límites de la ley natural”. Hegel distingue de las leyes naturales al estado de naturaleza. Kant habla de que este estado es “aquel en el cual no hay justicia distributiva. Otro, que coincide bastante con Rousseau, aunque lo hace de una forma más metafísica y complicada es el filósofo alemán Friedrich Schelling se pregunta: “¿Cómo es el proceso de génesis de la pluralidad de los productos y seres naturales?”. Schelling afirma que en la naturaleza hay un estado de polaridad que genera esta pluralidad, el autor lo explica a través de los fenómenos naturales. De la polaridad se definen dos fuerzas, por un lado una fuerza expansiva, centrífuga, y por otro, una fuerza que tenderá a concentrarse en sí misma, es decir, una fuerza centrípeta. Gran parte de estos autores dan una imagen de naturaleza de hombre como perfecta, hay quienes califican a esta perfección como un estado de bondad, personalmente creo que es un estado de potencialidad.

Rompiendo con este esquema aparece Hobbes, vaya personaje. Una frase que siempre recuerdo de este autor tan polémico creo es: "de la igualdad procede la desconfianza". Frase que dice una enormidad del pensamiento de este filósofo británico tan conocido e influyente en este asunto. Se lo conoce mucho también a este autor por su "el hombre es el lobo del hombre", a mi me gusta más la frase anterior porque dice un poco más sde por qué cree esto. Hobbes está seguro de que el estado de naturaleza es un estado belicoso y violento, por el cual los hombres se intentarían arrebatar todo, hacer daño, someter unos a otros por la fuerza y un montón de atrocidades. Obviamente este estado no dura mucho, rápidamente se establece algún orden del tipo de un contrato, pero lo que más nos interesa es cómo ve Hobbes este estado. Él justifica todo su pensamiento con diferentes cuestiones que van muy de la mano del egoísmo en las personas. Personalmente le atribuyo ese egoísmo a Hobbes por lo desagradable persona que debió haber sido. Cuando uno lee que Hobbes cree que todas las personas se creen mejores que los demás, que a penas admiran a unos pocos, que las relaciones entre las personas son relaciones por puro interés en el cual ambas partes esperan ser adoradas por el otro. Para dar cuenta un poco de esto veamos que cuando afirma que la apreciación de la propia sabiduría se da de la siguiente forma:" la mayor parte de los hombres piensan poseer (la inteligencia) en más alto grado que el común de las gentes, es decir, que todos los hombres con excepción de ellos mismos y de unos pocos más .a quienes reconocen su valía". Otra cosa muy curiosa que dice es que: "(...) los hombres no experimentan placer ninguno (sino, por el contrario, un gran desagrado) reuniéndose, cuando no existe un poder capaz de imponerse a todos ellos". Un argumento muy fuerte que da el autor es que de no existir tal desconfianza (de la que deriva la guerra), no cerraríamos con llave las puertas y las ventanas durante la noche, no tomaríamos montones de precauciones.

Este autor fue enormemente criticado, pero su postura fue bastante fuerte durante el tiempo. En cuando a que fue un precursor del materialismo, es decir se baso en que el hombre es así, desconfía de las personas, más que nada el burgués de Londres que toma el té todos los días a las 5 de la tarde. El materialista no forma una abstracción tan ideal como la podría elaborar Rousseau, tan imaginativa. Se basa en los hechos y eso se va a comprobar, de hecho el hombre siguió desconfiando de sus pares así ya pasaron más de 300 años. Y en este basarse en la realidad las cosas pueden salir siempre muy bien, pero en el afán de cambiar las cosas se hace muy complicado. Entonces aparece un materialista que va a cuestionar si la naturaleza es fija o no, que va a decir, un día la naturaleza del hombre se tornará distinta. Ese día es el día de la revolución, o los años, es indiferente, pero se dice que renace un hombre nuevo dispuesto a no cometer los mismos errores al cambiarse las relaciones de producción una vez el sistema capitalista estalle. Como dice Feinmann (en tono extremadamente irónico: "estamos esperando ese día todavía", pienso igual, el materialismo en este caso funciona mucho de farsa. Marx al no negar, y prácticamente aceptar esta naturaleza tan egoísta, dice que tiene que cambiar, la naturaleza es esa, veamos la realidad, pero cambia después, cuando el amo ya no dé más y tenga que someterse al esclavo modificador de la materia. Ahí esto empieza a tener mucho de trampa, más que nada porque buscamos tener una lógica liberadora, y la lógica liberadora no puede tener contexto, debe darse siempre.

Habría muchas cosas más que plantearnos acerca del naturalismo, quiero quedarme con esta idea y quizás en otro momento seguir este tema, hablando más de Rousseau por ejemplo. Vivimos en un mundo bastante ciego en cuanto a las cosas que necesitamos para entender ese "¿dónde vamos?". Hay lógicas que funcionan muy bien para ser contrastadas a posteriori, el conformismo es lo suficientemente fuerte para hacerlo y estas mismas posturas son lo suficientemente fuertes como para que no pase lo contrario Pero como intenté reafirmar en mi primer entrada "se trata de transformar el mundo", en este momento la lógica vieja no sirve y Marx ejemplifica que no sirve cuando comete ese grave error que antes marcaba. Debemos creer un poco más en cosas imposibles creo, como dice Silvio Rodríguez: "He decidido hablar de cosas imposibles, porque de lo posible se sabe demasiado". Creer en la potencialidad y en que los caminos los hacemos nosotros mismos y más allá de ordenes y "zeitgeist" (busquen la palabra), está primero el hombre, que hace todas esas cosas. Hay fenómenos, pero no son un espectro limitado, hay muchísimas posibilidades y muy factibles de cosas nuevas. Empecemos a creer... por ahora no los jodo más...
_________________________________________________________________

Abgnano, "Diccionario de filosofía"
Hobbes, "El leviatán"



3 comentarios:

Fado dijo...

Que buen artículo Facu, muy esperanzador, y muy cierto también.

Facundo Romani dijo...

gracias fadin... la filosofia es critica y no hay critica sin esperanza... si no hubiera esperanza, como dice freire "para eso me quedo en mi casa"

Anónimo dijo...

No creo que la filosofia sea critica, ya que de ella salieron todas las ciencias. Y no creo que critique a lo que creó, es algo ilógico.